¿Por qué las aulas de preescolar todavía están llenas de juguetes y actividades simples y clásicos con los que jugábamos cuando éramos niños? La respuesta es simple: si bien los tiempos han cambiado, ¡el desarrollo del cerebro no! De hecho, los niños aprenden mejor a través del juego, cuando están relajados, comprometidos y divirtiéndose.
¡Los bloques de construcción, la plastilina y las manualidades permiten a los niños hacer mucho más que apilar, alisar y expandir su imaginación! Mejoran las habilidades motoras finas y la coordinación mano-ojo, sientan las bases para conceptos matemáticos tempranos y perfeccionan funciones ejecutivas como la memoria y el enfoque.
Los juegos de mesa y las cartas son excelentes ejemplos de juguetes cooperativos que ayudan a los niños a practicar turnarse, compartir y cooperar, todo lo cual es clave para el desarrollo socioemocional. También ayudan a los niños a desarrollar su memoria de trabajo, matemáticas y habilidades motoras finas.
Letras y Sonidos
“Leerles a sus hijos en casa no solo hace que disfruten de la lectura, sino que también los ayuda en la escuela”, Leer juntos fomenta el compañerismo y la diversión y desarrolla la concentración, el enfoque y el vocabulario.